jueves, 19 de abril de 2012

Una mañana real




        Casi todas las mañanas la reina María Antonieta tomaba un baño en sus departamentos de Versalles.  Le sacaban la ropa con la que dormía y le colocaban una gran camisa de franela inglesa para bañase. 




     Cuando terminaba le daban pantuflas y un bata de tafetán blanco, tomaba un libro o alguna labor. Esta era la hora en la que recibía a los primeros con derechos que tenían audición con ella. También el médico, su lector, su secretario de gabinete, los cuatro primeros ayudas del Rey,  los primeros médicos y cirujanos del rey.


     Al medio día se llevaba el tocador al medio del la habitación. La dama de honor presentaba el peinado. Todo a su alrededor se colocaban asientos para la superintendenta, las damas de honor y de atavío, la gobernanta de los infantes.        
Entraban los hermanos del rey, los príncipes de sangre, los capitanes y altos funcionarios de la corona.


         Después venía la vestimenta del cuerpo. Las damas de honor pasaban la camisa, las de atavío pasaban el faldón, ponían la pañoleta, anudaban el collar.


    Una vez vestida seguida por toda esta gente pasaban por la galería y se dirigían a misa. Al regresar de ésta debía comer en público con el Rey.
    Recién después de todo esto podía estar tranquila del protocolo en sus departamentos por unas horas, por supuesto siempre acompañada de sus damas.


   Se entiende porque ella adoraba su vida tranquila en el Trianon, en donde podía huir de todo ese atuendo, audiencias, cenas de gala, rodeada de gente que no le interesaba y que hablaba por detrás. 

Ya les voy a contar un poco mas sobre los gustos "mas sencillos" que podía tener en su amado pequeño palacio. 
Hay un blog muy lindo sobre ella 
marie-antoinettequeenoffrance con datos de la vida diaria de los reyes y la corte en el siglo XVIII.  


 ¿tenes ese lugar en donde escapas de las obligaciones? 
yo todavía lo tengo que buscar...
B.

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